
El sistema mal llamado “de reparto” – léase “de expolio” – sólo se permite a los Estados porque son ellos los que tienen la fuerza. El que hace la ley hace la trampa y “tienen la sartén por el mango” (el “mango” también). Si los planes de pensiones privados hicieran lo mismo ya los habrían cerrado todos.
Gobierno y oposición lo saben. Pero los primeros prefieren mirar para otro lado, porque no están las cosas como para quemar más al personal, en un momento en el que no andan sobrados de popularidad y los otros se ponen de perfil para que el enemigo se siga desgastando.
A estas alturas todo el mundo conoce la diferencia entre ambos sistemas: el “de reparto" consiste en que las aportaciones de los cotizantes actuales van a pagar a los actuales jubilados del sistema; el “de capitalización” consiste en que cada uno va haciendo su propia pensión, crea su propia bolsa de dinero y, cuando decide retirarse, lo convierte en una renta durante los años que se estiman de esperanza de vida.
No es de recibo que tengamos que pagar la pensión de nuestros padres, cuando su dinero se ha dilapidado pagando la pensión de otros, y que nuestros hijos tengan que pagar la nuestra. Ojo al dato porque luego vuelvo sobre este asunto.
El dinero que recibe en la actualidad un pensionista no depende de su propio esfuerzo, sino de criterios políticos que en un momento dado pueden estar alineados con ellos, y en contra de los paganos, y en otro, de forma arbitraria, sumirlos en la indigencia.
El Pacto de Toledo no es más que un “es-mejor-que-no-digamos-nada-no-vaya-a-ser-que-la-gente-se-cabree”. Bajo un pacto de silencio los partidos políticos acuerdan no utilizar las pensiones con fines electoralistas porque hablara quien hablara destaparía el fraude. De este modo, no sabemos qué opina ningún partido y nadie hace propuestas ¿tan mal estamos?.
UGT y CCOO ya anuncian que se manifestarán el 23-F contra la reforma de las pensiones actos y mas actos, hasta el 6 de marzo en todo el país, para defender el sistema de pensiones porque “es la entidad más solvente de España” (sic).
No será tan solvente cuando todo el mundo dice – por lo bajini – que "algo se tiene que hacer".
Un sistema en el que cada uno fuese acumulando su aportación – a la que se podría detraer un pequeño porcentaje solidario – se recuperaría junto con los rendimientos generados durante toda la vida laboral. De este modo, el trabajador podría decidir el qué, el cómo y el cuando de su propia pensión.
Más del setenta por ciento de los españoles reconocen que ahorrar para la su jubilación es “muy importante” y casi el cuarenta por ciento piensa que con la pensión de la Seguridad Social no va a tener suficiente para vivir como cuando estaba en activo pero, y ahí está la paradoja, solo un uno de cada tres está ahorrando de forma decidida para paliar tal situación (Fuente: El País).
Y es que, en el fondo somos idiotas (si, si, i-dio-tas). Cuando se nos deja pensar por nosotros mismos, cuando podemos tomar el control, nos comportamos como auténticos analfabetos financieros ya que, de los cuatro millones de trabajadores autónomos que hay en España la mayoría sólo cotiza por la base mínima, dejando su indemnización por incapacidad temporal o permanente, o su pensión en el grave riesgo de que sea insuficiente. Si al menos se complementara con alguna cobertura privada, pues pase, pero es que tampoco en la mayoría de los casos.
Pues mira, ni el Estado ni nadie debería decirnos cuando tenemos que jubilarnos. Es hurtar a los ciudadanos la posibilidad de razonar acerca de jubilarse a una edad diferente. Rasgarse las vestiduras por que se retrasa la edad oficial dos años, es no pensar que es posible la jubilación a los setenta o los cincuenta. Si los cincuenta mil euros que te has gastado en el todoterreno, o que has invertido de más en compra de tu nueva casa, lo hubieras invertido en un plan de pensiones o un fondo de inversión, de esos que invierten en bolsa – con una rentabilidad que históricamente se ha demostrado superior al 10% - a los sesenta y cinco tendrías medio millón de euros, una estupenda pensión que no te haría ser una carga para tus hijos, ahí es nada…
(Artículo publicado en Ultima Hora Ibiza y Formentera)